Entregarse indefensa al corneador

Lo más excitante es que una mujer dominante con su marido se entregue indefensa al corneador. Este placer que por desgracia sólo puede hacerse con gente de fiar consiste en esperarle con los ojos vendados, atada o con la movilidad limitada. Es muy excitante para el marido sumiso porque cuando llega el cornedor sabe que va a hacer lo que quiera con ella. La va a colocar así o asá, le va a meter un dedo por allí, se va a deleitar de lo lindo antes de penetrarla por donde le apetezca.

Si el corneador es bueno, hablará con ella durante el abuso, le hará confesar todo tipo de fantasías de humillación y menosprecio hacia el cornudo sumiso. Este último, garantizado, siempre eyaculará mucho antes de que acabe la sesión...

(¡Si algún lector ha hecho ya está fantasía, que nos mande comentarios!)