Para mí, personalmente, el momento más dulce del corneamiento es cuando ambos se desnudan y aparece la herramienta del corneador. Hay un instante mágico en que los tres callamos, el corneador, ella y yo (el cornudo consentido). Parece que todos contienen la respiración porque todos piensan lo mismo:
- Se la voy a meter...
- Se la va a meter...
- Me la va a meter...
Sólo por este dulce instante vale la pena dejar que la preñe.
Ufff Manolo deberías publicar alguna sección de contactos para las parejas que como nosotros buscamos un corneador, algún chico majo, sin problemas y que le guste repetir. Nosotros ponemos las reglas como pareja pero cuesta encontrar...
ResponderEliminarAquí estoy dispuesto a cojerme a tu esposa. Tengo buena verga para ella. Y dime ella q tan buena esta?
EliminarAy Jalisco, no te rajes
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