Hola Manolo,
Después de follarse a gusto a mi mujer, tal como te conté, el jefe cambió de opinión y decidió que no la quería preñada. Al fin y al cabo, un hijo es una atadura y la prefiere totalmente disponible para él.
Le confesó (yo me enteré después) que la fantasía del jefe es que en la empresa haya una mujer de todos, es decir, una tia casada que no busque pareja, que esté buena (mi mujer lo está) y que satisfaga a cualquiera que vaya cachondo sin rechistar. A mi mujer la idea le pareció fantástica, "sobre todo porque lo quieres tú" le dijo, y luego me lo contó, para que apreciara yo cómo está encoñada por el jefe.
El muy cabrón añadió un matiz importante. Le dijo (exigió) que ella no podría negarse a nadie. Ella le aseguró que no diría nunca un "no". Entonces él le aclaró que su palabra no era suficiente. Lo que propuso es que toda la empresa (todos los trabajadores) tuvieran el suficiente poder de coacción sobre ella para que nunca pudiera, de ningún modo, decir que no.
Aceptada esa condición por mi mujer, la llevó al aparcamiento, le hizo desnudar (algún tio de la empresa les vio y a ellos dos no les importó nada) y le sacó una foto como la que te mando de muestra. Luego la distribuyó entre sus elegidos de entre el personal (hombres y mujeres de su confianza) y le dijo a mi mujer que, caso de dar un "no" por respuesta, la foto viajaría de ordenador en ordenador.
Le hizo notar que le había hecho girar la cabeza hacia la cámara para que que no pudiera negar en ningún momento que era ella la mujer de las bragas bajadas y el trasero al aire.
Mi mujer se excitó tanto que se dejó follar aquella tarde mismo por un chico de mantenimiento que está a sus órdenes. Al principio ella estaba confusa y no entendía qué le decía el chico. Pero entonces el cabrón sacó la foto del aparcamiento, que ya la había impreso, y la dejó caer sobre la mesa. Le preguntó simplemente: "¿Sí o no?". Mi mujer se puso roja de vergüenza, agachó la cabeza y se apresuró a desabrocharse la blusa. "No, no", dijo él, "empieza por abajo. Bragas fuera, lo primero".
El muchacho la folló desnuda de cintura para abajo papa empezar y luego se desahogó a gusto con ella, y no sé si pensar que le tenía más ganas por lo buena que está, por ser su jefa, o por cobrarse algunas cuentas pendientes que tenía con ella.
Al terminar mi mujer arrugó la foto y la tiró a la papelera. Mientras él salía del despacho le soltó : "Que quede claro que sigues a mis órdenes". "Ja, ja, sí, pero que quede claro que puedo follarte siempre que quiera" le respondió él.
La muy puta, lejos de espantarse, vino a casa más caliente que una mona.
3 comentarios:
que jefe tan cahondo y que mujer tan puta...
Madre mia! Quiero conocer a tu mujer!
El relato es excitante. Mi mujer cogió bastante tiempo con el suyo, y consiguió un par de ascensos (lo mismo mis cuernos).El tipo es dominante, y ella lo acepta, hasta le entregó el culo (a mí nunca me dejó).
Pienso que es natural que los jefes se follen a las mujeres que dependen de ellos,debemos aceptarlo (si ellas están de acuerdo, como ocurre la mayoría de las veces con estas putillas).
Carlos, de Argentina
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