viernes, 17 de junio de 2011

Publicidad acertadísima


Hola Manolo,
He pillado este anuncio en una web y me he puesto a reír como un loco. En mi caso, el slogan no puede ser más acertado: mi pareja está en un sitio de esos de ligues. Ja, ja, lo está desde hace años, los mismos que lleva conmigo, porque me los pone cada semana y soy un cornudo feliz. Los días laborables miramos juntos los correos de los "aspirantes" y yo le dicto lo que tiene que poner en los emails. Me excito tanto al prepararlo como cuando se consuma la cita.
¿Qué te parece?
José Ignacio Vikingo
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Respuesta de Manolo:
Me parece que sois como niños. ¿No le dictaron suficiente los profes en el colegio para que ahora tengas tú que decirle lo que tiene que poner? ¿Acaso todavía comete faltas como la de escribir clitoris con equis final? Ay, ay... mientras no la hagas cliente premium (eso ya lo consideraría yo personalmente un vicio) contáis con mi bendición.
Amaos los unos a los otros, (otro lema que también encaja en tu caso)
Manolos
PD- bueno, entre nosotros y ahora que no se entera nadie: Gracias. Me le has puesto dura con tu correo, porque me he imaginado posibilidades. Mira qué cosas...

jueves, 16 de junio de 2011

Pareja sometida (5): El peor capricho del jefe


Hola Manolo,
Después de follarse a gusto a mi mujer, tal como te conté, el jefe cambió de opinión y decidió que no la quería preñada. Al fin y al cabo, un hijo es una atadura y la prefiere totalmente disponible para él.
Le confesó (yo me enteré después) que la fantasía del jefe es que en la empresa haya una mujer de todos, es decir, una tia casada que no busque pareja, que esté buena (mi mujer lo está) y que satisfaga a cualquiera que vaya cachondo sin rechistar. A mi mujer la idea le pareció fantástica, "sobre todo porque lo quieres tú" le dijo, y luego me lo contó, para que apreciara yo cómo está encoñada por el jefe.
El muy cabrón añadió un matiz importante. Le dijo (exigió) que ella no podría negarse a nadie. Ella le aseguró que no diría nunca un "no". Entonces él le aclaró que su palabra no era suficiente. Lo que propuso es que toda la empresa (todos los trabajadores) tuvieran el suficiente poder de coacción sobre ella para que nunca pudiera, de ningún modo, decir que no.
Aceptada esa condición por mi mujer, la llevó al aparcamiento, le hizo desnudar (algún tio de la empresa les vio y a ellos dos no les importó nada) y le sacó una foto como la que te mando de muestra. Luego la distribuyó entre sus elegidos de entre el personal (hombres y mujeres de su confianza) y le dijo a mi mujer que, caso de dar un "no" por respuesta, la foto viajaría de ordenador en ordenador.
Le hizo notar que le había hecho girar la cabeza hacia la cámara para que que no pudiera negar en ningún momento que era ella la mujer de las bragas bajadas y el trasero al aire.
Mi mujer se excitó tanto que se dejó follar aquella tarde mismo por un chico de mantenimiento que está a sus órdenes. Al principio ella estaba confusa y no entendía qué le decía el chico. Pero entonces el cabrón sacó la foto del aparcamiento, que ya la había impreso, y la dejó caer sobre la mesa. Le preguntó simplemente: "¿Sí o no?". Mi mujer se puso roja de vergüenza, agachó la cabeza y se apresuró a desabrocharse la blusa. "No, no", dijo él, "empieza por abajo. Bragas fuera, lo primero".
El muchacho la folló desnuda de cintura para abajo papa empezar y luego se desahogó a gusto con ella, y no sé si pensar que le tenía más ganas por lo buena que está, por ser su jefa, o por cobrarse algunas cuentas pendientes que tenía con ella.
Al terminar mi mujer arrugó la foto y la tiró a la papelera. Mientras él salía del despacho le soltó : "Que quede claro que sigues a mis órdenes". "Ja, ja, sí, pero que quede claro que puedo follarte siempre que quiera" le respondió él.
La muy puta, lejos de espantarse, vino a casa más caliente que una mona.