martes, 29 de marzo de 2011

Éxtasis de un cornudo sumiso y ahora naturista (y 3): se pasaron tres pueblos


Hola Manolo,

La han hecho gorda esos tres, es decir, mi chica y mis dos corneadores. Como te conté, ella les hizo ver que yo lo sabía, que era consentidor y que me excitaba con ello, o sea, barra libre para cualquier barbaridad que se les ocurriera. Yo me temía lo peor y así ha sido, pues no se han conformado con follarla a escondidas, sino que lo han hecho (muy habilmente, lo reconozco) ante la comunidad nudista.

Todo vino porque una noche se organizó una charla voluntaria sobre sexo libre en la comunidad. Hasta ahora estas charlas eran siempre teóricas, y venía algún que otro chalado a soltarnos rollos sobre sexo tántrico y cosas así. Aquella vez nos vino una tía que yo creo más reprimida que la institutriz de Heidi, pero que iba de moderna y de libre y nos empezó a predicar que el amor se separa del sexo, que el sexo y el amor son libres, etc. Mi chica y uno de ellos se habían puesto juntos, sentados en el grupito delante de mí, puesto que hacíamos un círculo, de unas quince personas. Todos en pelotas, claro, pero con el rigor de guardar las formas de estos sitios tan naturistas y tan correctos a la vez.

Al final de la charla, se abre el turno de preguntas y pide la palabra mi chica. Me cagué porque la vi venir. Va y suelta que está entusiasmada con la charla, que tiene novio (me señala a mí, yo enrojezco y saludo al personal) y asegura a todos que lo ha hablado mucho conmigo y que somos una pareja que se quiere mucho pero que separa amor de sexo. De repente me veo blanco de todas las miradas, como esperando que asintiera, y yo asiento, con la risita del cornudo. Digo que ella es libre, y que a mí me gusta que lo sea, porque la quiero así, y empiezo a hablar para enrollarme... ¡y la tia empieza a darse el lote con el toro delante de todos! Joder, ya me tienes a mí con las manos tapándomela para que no se me empinara, y se me acerca una mujer que me dice que soy un ejemplo a imitar, que la gente tiene mucha boquilla pero en el fondo está reprimida... Y yo le digo que sí por educación, y con el rabillo del ojo veo que mi chica está abierta de piernas con la mano de él en el coño, dándole, y ella meneándole el rabo. ¡Venga a meterle los dedos! Y los putos nudistas que no perdían detalle, algunos con vergüenza ajena, otros a gusto y a tope. Ella proclama a los cuatro vientos que me quiere, y se tumba de espaldas, abre las piernas y las levanta, y el tio la monta a pelo, ¡delante de todos! Se armó la gorda, la gente escampó, algunos se escandalizaron, otros pensaron que la cosa terminaría a hostias, y la mujer se queda a hablar conmigo y ellos dos a dos metros de nosotros follando como cerdos y jadeando como caballos en celo... Y la muy puta de mi novia que empieza a gritar "¡Córrete dentro, dentro!"

La mujer que habló conmigo es la más inocente y la más cotilla del club, por lo que ahora todos saben con detalle lo que pasó. Ella lo explica como si yo fuera un ejemplo a imitar, y mi novia y sus amantes ya tienen el permiso oficial para hacerlo abiertamente. Remito foto de internet que sirve para plasmar el momento de la charla.

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Respuesta de Manolo:

Pues sí, sí, ya se le ve a la chica interesada en el tema. Si abre más la almeja, pueden debatir sobre anatomía interna femenina. ¡Una fiera, tu chica! Mi enhorabuena más sincera.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Pareja sometida (2): El jefe en casa

Hola Manolo,
Te cuento el giro inesperado que ha dado nuestra relación con el jefe de Ana. Tal como te comenté, teníamos miedo que la chantajeara y la obligara a entregarse a otros hombres de la oficina. Estábamos equivocados, pues su intención era otra muy diferente. El pasado lunes se presentaron ella y su jefe a casa, llegaron tarde, habían cenado fuera. Primero entró ella sola, me besó rutinariamente al cruzar la puerta y me dijo que teníamos que hablar. Me informó que el jefe efectivamente la había chantajeado y que la condición para no difundir los videos era que pudiera dormir con ella en nuestra propia cama cada vez que "oficialmente" estuviera de viaje.
En vez de estar molesta, ella me confesó que estaba excitadísima, y me dijo también que le había ordenado que, por ser la primera noche, debía recibirle desnuda. Se empezó a quitar la ropa, añadió que yo podía estar presente pero que no debía mirarle a los ojos y al poco sonó el timbre. Con la mirada baja pude ver como entraba en casa, como la magreaba a gusto y como enfilaban el camino del dormitorio. No pararon en toda la noche, a mí me tocó dormir en el sofá, porque no me dejaron entrar. Otra condición del chantaje era que les despertara, como si fuera su mayordomo, así que me encontré por la mañana llamando a la puerta, entrando y encontrándomela a ella abrazada al jefe, tal cual si fuera su marido, totalmente encariñada y encoñada. Con la cabeza baja ante él, el jefe me informó de otras "actividades" que haríamos ahora que le era permito gozar de mi mujer de aquella manera, tras lo cual me dijo que ya podía retirarme. Antes de salir mi mujer pidió que esperase, se levantó para que la viéramos los dos completamente desnuda y me dio un beso en la mejilla. Me susurró al oído "te quiero, pero ahora sal porque voy a mamársela y no tienes derecho a verlo todavía" y dicho eso se metió directamente bajo la sábana, en dirección a la polla del jefe.
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Respuesta de Manolo:
Joder, macho, cornudo con el jefe de tu mujer. ¡Menuda pareja! Con gente como vosotros los sindicatos no tienen nada que hacer. ¡Vaya mierda de trabajadores que tenemos en este país! Voy a hacerme empresario...

domingo, 13 de marzo de 2011

Éxtasis de un cornudo sumiso y ahora naturista (y 2)

Hola Manolo,
Mi chica ha tenido una idea muy maliciosa y sólo puedo perdonarla porque lo hizo yendo un poco alegre y porque en el fondo me excita aunque me avergüence del todo. No pudo aguantarse y, por lo que he deducido, en uno de sus encuentros bebió un poco y, entre risas y sexo, les contó a sus amigos que yo lo sabía todo y que era consentidor.
A partir de aquel día yo noté que la relación con ellos cambió, pues se permitían comentarios groseros sobre ella delante de mí. Me probaron para ver cómo reaccionaba y yo, torpe de mí, no pude enfadarme pues ya estaba suficientemente ocupado en evitar que se me pusiera tiesa. Puedes imaginarte cómo se dieron cuenta que mi chica no les mentía, ya que hablaban de follarla a cuatro patas, de cómo debía mamarla, de metérsela por el culo tan acogedor que tiene, y yo en vez de molestarme, me ponía rojo como un tomate y les decía "sí, sí... es guapa, sí".
Durante este período noté también que ella se escapaba mucho más con ellos, y no me confesó que se lo había dicho, sino que se limitó a hacerme saber que a los tres les excitaba mucho pensar lo cornudo que yo era, y que les encantaba que tuviéramos una relación tan depravada.
Días después ellos empezaron a hacer chistes condescendientes conmigo, en plan "seguro que eres un buen amigo y no te molestaría que nos la tiráramos, ¿verdad?" o "es que tienes que entender que tu chica es de lo mejor que viene a esta campo nudista, y claro, cuesta contenerse". Esta etapa fue más breve e intensa en la toma de confianza conmigo y terminó en la situación vergonzosa que me hallo ahora.
Ahora, en el presente, con la excusa de juegos, bromas y una relación natural, empezaron a darle cachetes en el culo delante de mí, en plan broma, claro. Noté como ella se excitó como nunca lo había hecho antes y desapareció en el acto, junto con uno de ellos. Días después le tocaban las piernas en plan caricias de amigo, o la agarraban por la cintura delante de mí, en fin, que había demasiada intimidad entre ellos dos y ella, y encima lo hacían delante de todo el mundo. Estoy seguro que ahora todo el club sabe que se la follan y ya debe haber más de uno escandalizado por su juego y por lo idiota que soy.
El colmo de la humillación se produjo ayer sábado, en un momento en que estábamos los tres. Hicieron un juego de conocimiento (que se inventó uno de ellos) y le sobaron las tetas bien sobadas delante de mí. Eso sólo para empezar, porque ella les cogió el rabo a cada uno y se lo empalmó descaradamente. En plan quien puede más, uno de ellos le metió los dedos por el coño, estando yo sentado delante de ellos sin hacer nada, paralizado.
Finalmente, ella estaba desnuda, de pie, bien apretada entre ellos dos, que escondían la polla tiesa entre sus nalgas y su coño. Los tres calientes como monas, pararon un momento y me miraron. Este gesto fue definitivo: me vieron con la polla más tiesa que el bastón de Son Goku. Ella me miró a mí, pero les habló a ellos:
-¿Qué os había dicho? - les soltó apuntando a mi polla y sonrió con malicia.
Luego se abrazó al que tenía delante, aplastó las tetas contra su pecho, restregó el coño contra su pene apretando como pudo la pelvis, y le plantó un morreo largo que les dejó sin respiración a ellos y a mí.
Te confieso lo peor: eyaculé ante ellos tres en ese momento. Se me escapó, no pude contenerme. Hice el ridículo tapando con las manos los chorrilos de semen que se escapaban de mi capullo.
Se rieron de mí los tres como locos y todavía se ríen de mi. Esta mañana se mofaban y explotaban a risas cada vez que intentaban hablar conmigo.
Estoy perdido. Como hombre, sé que para ellos no pinto nada a partir de ahora. Soy el cornudo sumiso que se corre nada más contemplar cómo tocan a su chica. Sé que van a sacarle el máximo partido a eso.

martes, 8 de marzo de 2011

Pareja sometida


Hola Manolo,

Lo que empezó como un juego está convirtiéndose en algo aterrador pero, por otra parte, terriblemente excitante. Mi novia empezó a coquetear con un amigo del trabajo, que tenia tendencias dominantes, y le contó que a mí me ponía ser cornudo y que a ella le encantaba el juego. El tipo en seguida la convenció para establecer una relación de amo-sumisa y tuvo la "cortesía" de mandarme emails periódicamente diciendo lo que le hacía y lo que iba a hacerle. Como puedes suponer, yo me puse a tope, ella se puso a tope, y nos lanzamos de lleno a esta relación a tres, consentida y gozada por nuestra parte. Siempre se la follaba en el trabajo o justo al salir, de manera que cuando ella llegaba tarde a casa yo sabía que mis cuernos habrían crecido considerablemente. La relación de sumisa fue progresando y ella satisfizo cada vez más caprichos suyos, te puedo asegurar que le puso muy pocos límites.

El temor que tenemos ahora viene de que él hace un tiempo insistió en filmarla follándola en el despacho donde trabaja. Ella asintió y la cinta se la quedó él, que para algo es el amo. Luego le dijo que el juego cambiaba con un matiz de chantaje, de manera que ella debía hacer más y más cintas, más humillantes cada vez, si no quería que enseñara la grabación a los compañeros de trabajo.

A día de hoy, ella acude cada día entre temerosa y excitada a trabajar, porque sabe que a cierta hora su amo la requiere y la toma como quiere, sin delicadeza, y con filmación o no según le apetezca. Tiene una colección de auténticas guarradas hechas por mi novia para él. Y esto sería satisfactorio de no ser porque mi novia sospecha que algunos compañeros de trabajo han visto las grabaciones. Además, el amo le insinuó que posiblemente debería ser generosa con alguien a quien él designara. De tanto en cuando, ella nota miradas un poco salidas de tono de algunos hombres que trabajan con ella y ya se imagina siendo entregada a todos, siendo requerida cada dos por tres para que se baje las bragas y se tumbe sobre la mesa de algún despacho.

A ella y a mí esto nos tiene totalmente perturbados. A veces pensamos que es un juego del amo que quiere que nos sintamos así y otras que lo va a hacer realmente. Te puedes imaginar la mezcla de miedo y excitación que tenemos. En ocasiones incluso llego a desear que pase de verdad, que mi novia sea la zorra de la empresa, y que cuando llegue a casa me cuente con detalles a quiénes ha tenido que satisfacer/obedecer y de qué modo.
Javier, cornudo temeroso
------Respuesta de Manolo:
Estimado Javier,
Es urgente que el amo que tenéis se pongo en contacto conmigo. No es para preguntarle si piensa hacer lo que dice o no, que estoy seguro que lo hará, sino para sugerirle ideas... Puesto a que tu mujer sea una especie de servicio público, Javier, tienes que llevarlo, sobrellevarlo y disfrutarlo con el buen ánimo de un cornudo como tú. Verás como te encanta. ¡Tú puedes, machote!
Feliz Morbo,
Manolo