martes, 27 de septiembre de 2011

Carta de un swinger confundido (2)


Me escribe otro swinger en la misma línea que el confundido anterior. Me cuenta que son un matrimonio joven sin hijos y que quedan con otras parejas para juegos eróticos. La semana pasada quedaron con una pareja nueva donde él era muy atractivo y ella no tanto, además estaba un poco cortada. La cuestión es que jugaron a los chinos poniendo de cero a tres piedras en la mano, y quien se alejaba más del número total pagaba prenda. Enseguida se dieron cuenta los cuatro que todos ponían el puño sin ninguna china, y entonces el primero decía "doce", el segundo "once", el tercero "diez" y el cuarto tenía que resignarse a cantar el nueve porque sabía que, como mucho habría sus tres chinas, siempre perdería.
Con este sistema iban perdiendo por turnos, siempre que tocaba ser el cuarto en cantar, pero a la mujer de este cornudo confundido le dio por perder adrede. Resultado: que se quedó completamente en pelotas y los otros tres con mucha ropa por quitar. Entonces la chica perdió de nuevo, interrumpió el juego y dijo "Es obvio que tengo que pagar algo especial... ¡que me sorteen a cara o cruz entre los dos hombres!". Antes de que nuestro swinger confundido pudiera reaccionar, el otro tio lanzó una moneda, la chica la cogió en el aire, la puso en su mano, la miró (sólo ella, los demás no vieron nada) y susurró "cara... me han ganado...".
El tio se la llevó en pelotas a la habitación, cerró y dejó a nuestro swinger confundido con su pareja, que todavía estaba en estado de shock. Total que el confundido estuvo con ella, viendo la tele, durante toda la noche, hasta que se durmieron en el sofá los dos, como una pareja casta.
Al día siguiente le despertó ella, sin vestir ni duchar ni nada, toda excitada, y le dijo: ¿por qué no te la llevas a la playa? Paséala un poco, hombre.... Y le hizo un guiño y se fue corriendo de nuevo a la habitación.

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