jueves, 5 de abril de 2012

memorias cornudas desde Argentina

Pues te cuento que los tres momentos más excitantes de mi cornación han sido, como te conté, la "firma de contrato" ante la primera cornada consentida. El segundo, los relatos de mi morena sobre los crecientes placeres que le han dado sus amantes (sobre todo su jefe) y la comprobación de que se vuelve cada día más puta. El tercero es el ir descubriendo a los que te saben cornudo y te miran de manera especial...

Sobre el segundo, para qué contarte la excitación cuando, medio avergonzada, me confesó que, según lo acordado, me había hecho cornudo con su jefe, en La Plata. No se animó a detalles, pero me dio una mamada impresionante (hasta ese momento había sido melindrosa en eso) y me dijo que no había quedado muy satisfecha (el tío es cincuentón largo). Después, con las folladas se fue soltando, y pude, por fin, chuparle la chucha a voluntad (antes tenía cosquillas)...pero la culminación vino cuando volvimos a acostarnos después de un período de separación que tuvimos. Me contó que en ese tiempo le había entregado el culo al tipo por gratitud (???) y que le había dolido bastante (un novio vergón la había desflorado de adolescente y nunca quiso saber nada de repetir). También me contó que se había bebido la leche del tipo, fue su primera mamada completa; eso sí le gustó más y a continuación se tomó la mía, con lo que toqué el cielo con las manos (además de sus hermosas tetas).
También me pidió que le sacara unas fotos después de cogerla, a condición de no mostrárselas a nadie. Supongo que alguno de sus amigos lo habrá hecho también, pero en ese momento no "confesó", un año después sí lo hizo, pero ya son otros cuernos.

Carlos de Argentina

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues esto suena real en serio, debes ser muy feliz sacándole punta al morbo. Eso de que ella ha crecido gracias a la verga del otro, me parece muy excitante, lo mejor para los cornudos alegres como nosotros.

Pedro

Diego dijo...

Quiero ser tu corneador, y disfrutar de tu mujer...

Anónimo dijo...

Amigo vivimos en Mar del Plata del 84 al 91 y Daniel disfruto a mi esposa todos esos lindos años, nos enseño a compartir y gozar. En algunos fines de semana
recibió a sus amigos con mi esposa de la mano y luego me presentaba como marido complaciente. Primero era sorpresa luego costumbre.